La espera que dura pero no carcóme, que libera pero no se atiene, la llamada que sobresale de toda humareda, ceniza infame de rubies y esmeraldas escurridizas, tras el aliento que trae el viento, recoges tú sintiendo, volandote el pelo, recogiendo tu tiempo, el perro que nunca sale a las tres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario